sábado, diciembre 17, 2011

Either I´m too sensitive...

...or Else i´m getting soft. Con las canciones que te hacen llorar, que te tocan tan dentro que te revientan, sólo hay dos soluciones: O no las escuchas o las escuchas trescientas veces hasta que las vacías de sentido. Curiosamente ambas opciones curan amputando, eliminando la gloria, negando la realidad. Al final, sospecho, lo único importante era precisamente ese momento íntimo en el que un niñato llora solo en su habitación escuchando una estúpida canción, como una mano invisible que le tocara las tripas, que es donde está esa entelequia del corazón. Hace muchos años, sin embargo, que ninguna canción me hace llorar. Ni siquiera estas dos. Preguntarme por qué llevaría a demasiadas respuestas que conozco pero prefiero no repetir. Disfrútenlas: Dolía tanto que era hermoso.





NOTA: Después de haber escrito esto, y gracias a un comentario de nuestro FAKE RACOON favorito (AQUÍ una de sus guaridas, ACÁ otra covacha), recuerdo que he mentido, y que hace poco me hizo llorar el demoledor último disco de RAFA BERRIO, 1971. Probablemente con "Este álbum" -un clásico dentro de un clásico dentro de un clásico- aunque había varias canciones capaces del milagro. Perdona, Rafa, las neuronas van a su bola a veces.

1 comentario:

Proyecto Fake dijo...

Prueba con estas dos sierpes, que en el caso de nuestra logia, son dos de esas (una de toda la vida y la otra para toda la vida)

http://www.youtube.com/watch?v=oD3UUe-LLBg

http://www.youtube.com/watch?v=25ckdkg1xCw