jueves, junio 14, 2007

UNSANE – "Visqueen" (Ipecac Recordings)


Envejecen los reyes y otros ocupan su lugar. Pero tardan en morir, quizá porque han pasado pruebas que hubiesen acabado con otros a las primeras de cambio. Y pocas cosas hay mejores que una banda todavía en forma que se resiste a la extinción, aferrada con fiereza a sus propias armas y ajena a modas y rollitos. Unsane –trío neoyorquino de guitarra bajo y batería- sentaron hace más de tres lustros las bases de eso que ahora los enterados llaman “noisecore” –junto con otro buen puñado de bandas a reivindicar, Cop Shoot Cop o Today Is The Day, por citar dos clave-. Y lo hicieron con un disco acaso insuperable (“Unsane”, Matador, 1991). Esputos tóxicos desde las catacumbas como “Action man” o “Vandal X” permanecen erguidos como piedras fundacionales de una manera alienada y asfixiante, eremítica si se quiere, brutalmente ascética, de entender el punk. Un punk que definía tan bien el Nueva York oculto como lo podía hacer, en cine, el mejor Abel Ferrara. Nunca volvieron a alcanzar esas cotas de visceralidad, pero siempre consiguieron, en cambio, mantener la dignidad y la devastadora efectividad en directo, y a día de hoy siguen cincelando para solaz de unos cuantos, repetitivos monolitos de ruido y de furia. Leía cosas aquí y allá sobre que su nuevo trabajo era decepcionante y blando. Se llegó a decir en la prensa patria que habían “perdido la honestidad”. Una vez escuchado el engendro, sólo me queda concluir que el crítico era un cretino. En “Visqueen”, los de Chris Spencer siguen haciendo exactamente lo mismo. La diferencia es, sencillamente, de producción: se han quitado capas de distorsión en voces y guitarras y en consecuencia el conjunto suena más espacioso y nítido, pero ha sido construido sabiamente con los mimbres habituales (Spencer lleva haciendo dos canciones toda la puta vida, decenas de dañinos clones con pequeñas mutaciones y miembros añadidos). No es poco, en todo caso, y es comprensible que muchos prefieran la vieja y perversa reververación, pero lo indudable es que, a volumen generoso, salvajadas bicéfalas como “This Stops At The River” (una canción que es la pura esencia de su visión musical) siguen apestando a sótano mal ventilado, a crimen y a esa disconformidad con el mundo en general que, en definitiva, es lo que mueve a los artistas a gritar.// Cowboy iscariot

1 comentario:

Anónimo dijo...

Felicidades.Gran reseña.Soy un gran fan de esta banda y últimamente se han dicho muchas tonterías sobre ella.Gracias.